El diagnóstico elaborado por la Junta de Andalucía para respaldar una Inversión Territorial Integrada (ITI) para la provincia de Jaén marca como prioridades la creación de infraestructuras, tanto de carretera como ferrocarril, así como el impulso a la industria, el desarrollo del turismo y el campo agroalimentario.

El secretario general de Economía de la Consejería de Economía y Conocimiento, Gaspar Llanes, la delegada del Gobierno de la Junta, Ana Cobo, y el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, han presentado el análisis realizado, que concluye la necesidad de “afrontar una estrategia conjunta entre todas las administraciones para superar los problemas estructurales que sufre y que se han agravado con la crisis económica”. El documento se remitió ayer al Gobierno central con el fin de que la ITI jiennense se convierta en una realidad.

Llanes ha explicado que para el Gobierno andaluz la “cuestión de Jaén” constituye “una prioridad”. El objetivo es que esta actuación, que implicará a todas las administraciones y en la que se prestaría, dicen desde la Junta, «una especial atención a Linares y su zona de influencia a lo largo de la A-4», permita a la provincia de Jaén lograr un “aprovechamiento pleno e inteligente de las oportunidades existentes” consiguiendo un desarrollo “competitivo, sostenible, cohesionado e incluyente de este territorio”.

También Ana Cobo ha valorado la presentación de este estudio a agentes socioeconómicos, así como al CES Provincial y a los integrantes del Plan Estratégico de la provincia de Jaén y ha recordado que es el Ministerio de Hacienda quien finalmente tiene las competencias para solicitar la ITI a la Unión Europea. “Se ha realizado un trabajo pormenorizado sobre una ITI que la Diputación lleva reclamando desde el año 2015. Ahora tenemos el hecho diferencial que buscábamos para la provincia de Jaén y tenemos argumentos para solicitarla”, ha apostillado.

Por su parte, Francisco Reyes, que ha agradecido el compromiso del Gobierno andaluz con la provincia de Jaén, ha señalado que “la Junta ha hecho un buen documento, con un diagnóstico y las líneas de trabajo sobre las que deben girar las actuaciones si la ITI se aprueba”. En este sentido, Reyes ha reclamado al Gobierno de España que la apruebe “lo antes posible”. “Hemos perdido mucho tiempo porque no hubo respuesta cuando hicimos la petición en 2015”, ha recordado el presidente de la Diputación al referirse a la petición que la Administración provincial hizo en mayo de 2015 “conociendo las singularidades y las dificultades por las que atravesaba nuestro territorio”.

Este estudio que analiza la situación socioeconómica de la provincia de Jaén recoge que existe el hecho diferencial que requiere una ITI, como el envejecimiento y pérdida de la población, el declive industrial o la necesidad de infraestructuras y emprendimiento. En el marco de este encuentro, Reyes ha planteado a los agentes sociales y miembros del CES Provincial y de las mesas de trabajo del II Plan Estratégico para la provincia de Jaén la necesidad de ir avanzando en la elaboración de propuestas en el marco de este documento, de tal forma que se pueda avanzar para cuando la ITI sea aprobada por el Ministerio. “Vamos a trabajar desde hoy mismo para que el CES Provincial y el Plan Estratégico hagan llegar antes del 30 de marzo a la Junta de Andalucía propuestas y acciones concretas para ganar tiempo”, ha indicado el presidente de la Diputación.

Análisis estratégico
El diagnóstico realizado, que ha sido coordinado por la Consejería de Economía y Conocimiento y en el que también ha colaborado la Diputación de Jaén, parte de un análisis estratégico donde se abordan las debilidades y amenazas así como las fortalezas y oportunidades (DAFO) de la provincia y prioriza una serie de actuaciones.

En concreto, se plantea la necesidad de mejorar las comunicaciones terrestres, mediante actuaciones sobre las infraestructuras ferroviarias y de carreteras, que se consideran nucleares para avanzar en el desarrollo de la provincia jiennense.

En cuanto al sector industrial, se propone incidir en especial en las ramas vinculadas a las manufacturas del metalmecánico y del plástico, así como de la automoción. También se considera imprescindible el apoyo a dos grandes sectores de la actividad que tienen potencial en la provincia, como son el turismo y el agroalimentario.

Otras medidas propuestas son favorecer la producción de energías renovables, la eficiencia energética, y el desarrollo rural sostenible, este último como eje fundamental de la estrategia de crecimiento europea y la nueva PAC, fomentando especialmente iniciativas emprendedoras en el ámbito rural.

Asimismo, se aboga por acelerar el cambio de modelo productivo en la provincia potenciando el emprendimiento y respaldando la innovación con el apoyo a los centros y parques como Geolit, o el Empresarial Santana de Linares. Por último, se señala como eje transversal el respaldo a los ámbitos educativo, cultural y deportivo, como elementos transformadores y reparadores.

Problemas estructurales
Estas actuaciones parten de la evaluación de la situación provincial, con problemas estructurales entre los que destacan el debilitamiento de su papel en el transporte ferroviario de pasajeros y mercancías, que ha tenido consecuencias “muy negativas”. Así, la provincia carece de alternativas adecuadas al transporte por carretera, lo que incide una inadecuada vertebración de algunas comarcas, además de tener una deficiente conexión con redes ferroviarias de AVE o con el aeropuerto de Granada-Jaén.

Otro factor a tener en cuenta ha sido el declive industrial y el paro consiguiente en los sectores de automoción (especialmente en Linares), así como en las industrias vinculadas al sector de la construcción. En la actualidad la tasa de paro jiennense se encuentra por encima de la media andaluza y nacional, que alcanza cotas particularmente elevadas en La Carolina, Linares, Bailén y Andújar.

A esto se une una vez más acusada despoblación, dado que la jienense es la cuarta provincia española en términos de pérdida de habitantes, lo que a su vez repercute en el estancamiento de las economías locales. Es la única provincia andaluza que ha perdido población en el período 1998-2017 y las previsiones de envejecimiento de la población a medio y largo plazo son elevadas, pudiendo ocasionar el despoblamiento de algunas zonas rurales.

En lo que se refiere al desarrollo económico, cabe señalar el bajo nivel de PIB per cápita, inferior al promedio regional; además de constatarse una notable dependencia de la actividad agraria y la reducción del número de empresas desde 2007. Asimismo, existe una limitada oferta de servicios avanzados en la provincia.

Fortalezas y oportunidades
En cuanto a las fortalezas de la provincia, que se deben aprovechar para potenciar su desarrollo futuro, destaca la concentración productiva del empleo en torno a actividades como la agricultura, la industria manufacturera y las actividades sanitarias y servicios sociales, con una fuerte especialización.

En este sentido, el análisis subraya la existencia de clústeres de empresas en sectores como automoción, aceite, plástico, cerámica que pueden ser tractores de los proyectos de especialización inteligente que se pongan en marcha.

Otro aspecto en el que se incide es que la actividad económica está haciendo que el PIB per cápita crezca a mayor ritmo, acortando distancias con la media regional desde 2013. En cuanto al mercado laboral, se señala el aumento de la participación de la mujer, con destacados avances de la población activa y del empleo femenino, a mayor ritmo que en Andalucía y España.

Asimismo, se considera un activo importante el medio ambiente privilegiado de Jaén y sus recursos naturales, que pueden ser aprovechados como motor de desarrollo económico, en especial para el turismo y para la producción de energía renovable.

Todos estos aspectos han sido analizados con el fin de evidenciar la necesidad de poner en marcha una ITI, un instrumento novedoso de la política de cohesión de la Unión Europea, que abre la posibilidad de un aprovechamiento integrado de los Fondos Europeos, a través de acuerdos de gobernanza que gestionen estrategias de desarrollo urbano o territorial, que pueden contar con inversiones del FEDER, FSE o el Fondo de Cohesión, y complementadas con ayudas del FEADER o del FEMP.