¡Qué no sople
el viento
hoy!:
¡A ver si atrapo
un arpegio,
surto
en el faro
del pozo,
donde yacen
los seis cuerpos…!

(…Se ha debido de esconder
aplastado
en el silencio,
de la galería
hirsuta,
tras algún vagón
siniestro…)

… ¡Qué no sople
el aire,
hoy!
¡Qué no la brisa!
¡Ni el cierzo!…
¡Que necesito,
sin falta,
el aullido de un arpegio…!
Pues sin él,
sus nombres
son,
soplo leve
en el recuerdo…

¡Qué no surque
el éter
hoy,
el asfalto
de este cielo
que anuncia
cellisca intensa
y acuoso
tropel
de hielo…!

…Sospecho…
que las campanas,
en un pasmo
fonético

han despavorido
el llanto
que pretexta
los anhelos…

Dormitan a la intemperie,
amortajados
de acero,
mientras taladran
los bronces,
los alfileres
del templo…

… ¡Qué no sople
el aire,
hoy!
¡Qué no la brisa!
¡Qué no el viento!…