Como en las mejores ocasiones parece que, a la voz del gurú don Pedro Arriola, los medios políticos, medíaticos y- por supuesto- económicos, proclaman con gran unanimidad no exenta de matices dicha consigna. Ya sean en declaraciones de ministros, en tertulias casi unánimes, en los actos institucionales más solemnes, en los medios financieros, en el homogéneo coro mediático (con sólo guiños de aparente discordancia) se pregona el miedo. Sí, sin ningun rubor para poner zancadillas a la representación que el pueblo se ha dado, tratando de salir de este lodazal de pobreza y corrupción al que nos ha llevado la supuesta moderación y responsabilidad  anteriores.

¡Ojo con los extremistas! grita el ministro Guindos, otrora responsable del desastre en Goldman Sachd y ahora peón de briega del banco alemán, atacando al gobierno griego para que recorte aun más las pensiones de jubilación y asegure el pago a los fondos buitre, cuando en la cuna de la democracia el ejecutivo defiende la palabra dada a su electorado.

¡Ojo con los extremistas! dice también  su  moderado colega Soria, quien para ayudar a nuestra  industria (mejor a sus intereses en las empresas eléctricas) deja muy atrás a la señora Merkel, degollando nuestras energías renovables, mientras aquella las desarrolla en su soleado país.

¡Ojo con los extremistas! gritan a los cuatro vientos los medios financieros, sin siquiera sentir ciertos rubor en contradecir el discurso de esplendorosa recuperación económica que vienen difundiendo Rajoy. Arriola considera que es más seguro el miedo contra la mayoría y la seguridad para los bancos de que no sigan adelante la escalada en contra de los desahucios que se teme.

¡Ojo con los extremistas! grita la autodesprestigiada Aguirre acostumbrada a dejar por moderados a Rajoy y Gallardón, además de abanderar su democrática política de tamayazos y  proximidad  al dinero negro.¿Qué es eso al lado de un viejo y crítico desliz de humor negro ?

¡Ojo con los extremistas! parece insinuar el expresidente González con su extraña y oportunísima solidaridad con unos golpistas venezolanos. Actuar en favor de quines vulneran el estado de derecho ya no es nuevo en su conducta, lo hizo apoyando a Barrionuevo y compañía. Lo que ahora parece pretender es equiparar su moderación con la de Kissinger en el Chile de Allende.

¡Ojo con los extremistas! se viene insinuando-más que diciendo- en los medios de masas en los que, incluso en clave de humor, se viene favoreciendo las opciones moderadas como en su momento advirtiera un inteligente y fallecido dueño.

¡Ojo con los extremistas! pregona el ciudadano Albert(o?) Rivera, como  opción tambien emergente y, por ello,  supuestamente regeneradora de la vieja política. Claro que una cosa es la relación con la intelectualidad neoliberal y con los medios financieros (interesados  en mejorar la fachada de la derecha), que con las bases de la organización a las que se induce a dirigir el voto en contra de sus propias experiencias.

¡Ojo con los extremistas! se hace ver desde el nuevo gobierno andaluz que, apoyado por el menor respaldo proporcional obtenido por un gobierno PSOE, ha ampliado su respaldo con la cuarta fuerza (Ciudadanos) quien proponía apoyar una nueva política. Nueva política escenificada con jura de cargo con manifiesta presencia familiar (para Hola), de clero y partidaria. Por contra, la ausencia de la  oposición, en especial la de izquierdas y el mensaje de renovación da que pensar.

Y es que es para pensar y,sobre todo, de aclarar de qué centro o extremos hablamos. La solución parece estar, como acaban de insinuar González (BBVA) y Montoro, en el artículo 135 de la Constitución. En la defensa de tal enmienda estaban el PP (derecha de todos los pelajes) y PSOE (izquierda de juguete al servicio del capital). Así que todo lo que queda fuera del bipartito es extremismo diabólico. Por lo que vemos, los poderosos y sus lacayos, tanto en Grecia como aquí, no están por la labor de que decidamos, por muy claro que lo tengamos. Sin embargo, avanzamos cuando hasta Toxo (CCOO) y Méndez (UGT) ,pese a la hipoteca que pesa sobre sus organizaciones, claman que peor no podremos estar con una nueva política.

Así que  la ciudadanía de a pié haría bien en reflexionar por sí misma. Y en la próxima ocasión o le hace caso al BBVA y Montoro o se atreve a ser extremista para atender antes a las personas que a las deudas creadas para el saneamiento de la banca.