Versos como Azadas

Situaciones críticas en nuestra vida y cómo las hemos superado

Entrar de nuevo, cada mes, en esta sala del Hospital, es apasionante. No porque todos me esperen con alegría contagiosa o de que nos contemos, con ternura,  los días en los que vivimos la realidad externa como alimento o como carencia.

No, no es eso…
Es emocionante porque sé que es un día grande en mi vida; ellos me esperan con un trozo de verdad tan limpia, que me resulta imposible igualarla.
Hoy hablamos de esas situaciones en las que algo, de pronto,  nos paraliza y nos activa las herramientas para salir.
Salir, salir, salir…

Un mantra que tendríamos que tatuarnos cada día.
Como Retina, maravillosa mujer guerrera, poeta y alma en construcción que os quiero presentar hoy.
Retina es dulce y afilada.
Incluso cuando habla, sonríe aunque su cuerpo llore.
Ella es tan verdad que asusta.
Ella, que va recogiendo flores de otros cuerpos para plantarse su propio vergel particular.
Retina, de una rotundidad y lucidez impactante lee mientras nosotros, sus locos, la escuchamos sedientos de sus versos.

Feliz lectura, queridos amigos, estáis en un terreno fértil y único en emociones, os lo aseguro…

YOLANDA SÁENZ DE TEJADA

escritora, creativa y utópica

(directora de emociones de “Versos como Azadas”)

Los que trabajamos a diario con las personas que sufren enfermedad mental acabamos por no darnos cuenta del peso del estigma con que la sociedad marca a estas personas y a su entorno. Quizás nos resignamos como muchos de ellos cada vez que escuchamos comentarios chuscos y despectivos, porque son diarios, a veces nos hartamos de responder cuando se les atribuye agresividad o mala fe.

Pero la mejor vacuna frente a esta actitud, lo que te da ánimos y te ayuda a luchar es escuchar sus relatos como hacemos en Versos como Azadas, participar en su lucha emocionada y emocionante por la dignidad y por sanar las heridas que han marcado su vida.

Ese trabajo de recoger los tiestos rotos para formar una vasija tan útil como la anterior y, es posible que más bella, es lo que hoy traemos a estas páginas.

Jose Ignacio Aznarte

Psiquiatra y coordinador de la unidad de salud mental de día del Hospital de Linares

PERRA RASTRERA
Perra rastrera
sentada en la acera.
Madre modelo
no encuentra consuelo.

Razón tenéis de exigir sumisión,
pedid si queréis,
aunque no mi alma sin remisión.

Hoy por fin, tenéis un cuerpo más.
Hoy por fin, no lucharé más.
Hoy por fin, descansaré en paz.
Hoy por fin, no tendré piedad.

Mi mente se revelaba
cuando era una incauta.
Cuando creía que podía alcanzar mi dicha,
cuando aún podía manejar mis fichas.

Ni siquiera
a mi locura he podido ser fiel
y por una tortura
acabé arrancándome la piel.

Ya me tenéis a vuestra merced
desnuda en lo mas profundo de mi ser.
Vacía y sumisa y madre a la vez.
Esposa atenta e hija que alivia la sed.

Pero no pidáis mi alma,
eso ya no puede ser.
Se fue un día de calma
por tener frío en la piel.

Retina

MI PRIMERA Y PEOR CRISIS

Comenzó con la idolatría a un hombre, que en realidad era normal como todos. Imité sus gestos, su forma de hablar, hacía todo o casi todo lo que nos decía; en definitiva que quería ser una fotocopia suya. Llegué a sentir adoración por él.

En la crisis creía que nos comunicábamos telepáticamente.

Eran veinticuatro horas de relación; entre lecturas de sus libros y de otros, actos públicos, charlas, reuniones, cursos. Por cierto; en un curso de estos en 1995 de “contemplación y lucha” o lo que es lo mismo “de fe y política” tuve esta crisis. Comencé con los delirios, las comidas eran bajas en calorías y dor míamos algunos días en el suelo. Nos hablaban de humildad, pobreza y sacrificio ( cosa que nadie vivía en realidad)

Estuve tres días mal y aunque tenían que haberlo hecho, no me llevaron a un psiquiatra. Cuando lo hicieron, ya estaba fatal y tuvieron que hacer un ingreso urgente.  Allí me dejaron solo y me puse peor, llamé por teléfono a mis padres que acudieron corriendo y antes que volviesen “mis amigos” –por llamarlos de algún modo – ya estaba allí mi familia.

Las siguientes crisis que he tenido han sido más leves y fáciles de superar con la ayuda de los profesionales, mi familia, mis amigos etc. Y sobre todo de la providencia.

El esparraguero

Dedicado al psicólogo D. José Luján y a D. José Ignacio Aznarte

MI DIARIO

Me salgo de la depre trabajando el Ay
Se convierte en risas porque me gusta hacer reir
Me gusta el rebull para dar alas a mi diario de pequeña
Me pregunto: ¿dónde estará?
Seguro que mi padre lo tiene guardado
Me acuerdo de cuando escribía que no me querían
Me sentía muy sola
Estaba en la cama con la luz del día
Recuerdo que me hubiera gustado ser un niño para tener fuerza

 EL SOL

MI ÁNGEL

Nunca sabemos dónde puede estar escondido aquello que nos hace reaccionar, cambiar, ver la luz, por ello tenemos que estar con los ojos abiertos y no dejarnos arrastrar por la corriente de la vida sino fluir con ella.

Me llamo Carla, tengo veintiséis años. Estudié enfermería por vocación, en los estudios siempre me había ido bien, como en la vida en general, y la carrera cumplió todas mis expectativas. En cuanto terminé, con veintiún años, me fui a un pueblo de otra comunidad a trabajar, compartiendo piso con otras chicas.

Mi vida iba tal y como yo quería. Me encantaba mi trabajo e hice un grupo de amigos y amigas con el que compartir mi tiempo libre. Pero algo empezó a torcerse. Empecé a no encontrarme bien, todo eran inseguridades y miedos, no me gustaba a mí misma, me exigía demasiado y ante un espejo me encontraba horrible. Empecé a dejar de comer y apareció el fantasma de la anorexia el cual, acabó convirtiéndose en demonio y gobernando mi vida, todo eran engaños, cuentas y todo para conseguir el objetivo del cuerpo perfecto o el ideal que yo tenía en ese momento. No me importaba llegar hasta dónde hiciese falta, incluida la muerte. Nada de lo que pudiesen decirme servía y puedo decir que mi familia no escaseó en esfuerzos para sacarme de ahí.

Pero, un día, al salir de la ducha y ver una imagen en el espejo dos lágrimas recorrieron mi rostro: yo no podía ser ese reflejo, había tocado fondo. Asustada, hablé con mi padre, algo teníamos que hacer y, al día siguiente, estaba en manos de la Unidad de Salud Mental.

El peor momento de todos fue el ingreso, en ese periodo las luchas internas son muy fuertes y quieres tirar la toalla. Pero sucedió lo que no esperaba, en aquel lugar tan frío y hostil para mí, apareció un ángel en mi vida, una persona maravillosa llena de bondad y paciencia, la imagen de la generosidad, que me llenó de fuerzas y ganas de vivir. Desde ese momento todo fue más fácil y, aunque a día de hoy, aún siga en tratamiento porque es un camino muy largo, puedo decir que tiene salida. Estoy recuperando mi vida personal y profesional y, lo más importante de todo, vuelvo a ser feliz, vuelvo a sentirme yo.

Seda

EN EL TRABAJO

Estuve VARIOS años en una empresa de limpieza, al año el jefe me quiso hacer encargado y pensé que los que llevaban más años se lo merecían más que yo. Cuando llevaba cinco años, me volvió a repetir la pregunta y, esta vez, le respondí que si.

Al poco tiempo conocí a una chica que era la hermana de otro encargado, preferí no salir con ella porque pensaba que los demás me dirían: “por eso te hicieron encargado”

Al final perdí el trabajo, motivo: la bebida. He superado lo del trabajo pero no lo de la chica.

Mazinger