Lo acontecido en la tarde del sábado en la Casa Museo Andrés Segovia, alimentó el deseo del público asistente, que esperaba de los hermanos Gascón Gallego una interpretación de calidad, ellos respondieron además con un alto grado de profesionalidad y saber estar en el escenario que hizo las delicias de un recinto con aforo completo que respondió con calurosos aplausos.

La interpretación del barítono fue magistral, natural y sincera, manteniendo la atención del público con su capacidad de trasmitir la variedad de mensajes presentes en las distintas obras, demostrando una vez más el conocimiento del equilibrio musical y expresivo.

Empezaron con cuatro Lied en alemán. El primero fue “Sentimiento nocturno” de Mozart. David comentó que lo más habitual es encontrar lieder dentro de la época romántica, pero en este caso es un lied en estilo romántico, compuesto por el genial W.A. Mozart en la época clásica.

Los tres siguientes fueron los tres primeros lieder del ciclo de la “Bella molinera” de F. Schubert, que resultaron exquisitos gracias a una interpretación llena de emoción y ajustada al estilo con una perfecta sincronización entre el piano y el canto, tanto en el aspecto dinámico como en el rítmico.

A continuación, Juan Miguel interpretó el “Gran Vals Brillante” Op.18, y nos comentó entre bastidores que había tomado como referencia para su estudio las grabaciones históricas de Arthur Rubistein y Vladimir Ashkenazy, lo cual se pudo observar en los matices de su interpretación y en la utilización ligera y puntual de la pedalización.

Prosiguieron con dos conocidísimos tangos argentinos (A media luz y Por una cabeza), que fueron del agrado del público. Introdujeron el bloque de música española con la “Canción del Toreador” del Carmen de Bizet, para proseguir con “Orgía” de Turina a piano solo, que realizó una interpretación con garra, además de delicada y precisa.

Después nos ofrecieron una de las obras para canto y piano más importantes de la música española: las “Siete piezas populares” de Manuel de Falla, una obra de gran belleza y complejidad  tanto técnica como interpretativa. Fueron interpretadas con equilibrio, precisión y carácter, con unos tempos fieles a los indicados por el compositor, como queda recogido en la grabación registrada por el propio Manuel de Falla (editada por la casa EMI), en la que acompaña al piano a María Barrientos en 1929.

 A continuación y para terminar con el homenaje a Falla, Juan Miguel interpretó la “Danza del molinero” y la “Danza de la molinera” procedentes del ballet “El sombrero de tres picos”. Estas transcripciones suponen una vuelta a los orígenes instrumentales de estas obras, ya que Falla componía en el piano para luego orquestar la partitura.

Finalizaron el concierto con tres joyas de la zarzuela española (Luche la fe por el triunfo, Amor vida de mi vida y Junto al puente de la peña) en la que David exhibió sus grandes dotes técnicas y expresivas con una interpretación llena de emoción y variedad adaptándose a cada una de las obras.

Al finalizar la actuación, el público los premió con un  prolongado aplauso, lo que justifico un bis, “Siempre que sueño las playas” de Rodolfo Halffter que cerró el brillante concierto de canto y piano broche de oro con el último concierto clásico del FIMAE’14.