Según Nemesio, a su nieto Falete, le han dado una beca «Orgasmus» para irse a estudiar a Escocia.
Está que trina, porque dice que para qué quiere saber su Fali de esas cosas inglesas, que demasiada golfería hay ya en España, como para irse al extranjero a aprender más marranerías. Además, se ha enterado de que en Escocia los hombres llevan falda, y eso no se lo consiente a su nieto, que es muy macho.
Mire Vd. Nemesio, la Beca se llama «Erasmus» y no «Orgasmus», y es una ayuda que el ministerio da para un curso académico; así los chavales aprenden algo de idioma extranjero.
¿Sí? ¡Joder, Parri de mi alma, qué peso me quitas de encima! Porque viendo yo cómo se las gasta mi nieto Fali y según mira las cachas y las domingas de las zagalas, eso de la beca era lo que le faltaba.
El Falete –me dice- está llenetito de granos y se está quedando más chupao que la pipa de un indio.
Eso es normal Nemesio, o ¿es que Vd no usaba cuando era joven… cuando las hormonas entran en guerra con el cuerpo y con la Santa Madre Iglesia?
¡Y ahora, coño, y ahora! Pero a mí¬ no me salen granos y estoy metío en carnes. Eso sí, me acuerdo que el maestro nos decía que si nos tocábamos nos íbamos a quedar ciegos y calvos.
Me quedé mirándolo al abuelo marrano y le dije: ¿A sus años, Vd… se pelea con los órganos de su cuerpo? El maestro acertó con lo de calvos, y Vd. no ve demasiado bien que digamos. Así que hizo bingo.
Es que mi Dolores me tiene a pan y agua. Ni gayumbos nuevos ni ná, esos que os enseñé los otros días a Farru y a ti, porque esta mujer es un congelador.
Parrillosky, hijo mío, los otros días con esos gayumbos nuevos con güevera, se me ocurrió preparar por la noche, un ambiente con velas, luz flojilla de aplique, cava, chocolate relleno de menta etc., y cuando llegó de la calle (que fue a misa con la Evarista, que ahora le están haciendo nosequé a S. Judas Tadeo) y vio el panorama, empezó a llorar y a decirme que con quién se la estaba dando.
Se entró al dormitorio, cerró por dentro y me tuvo toí¬ta la puta noche durmiendo en el sofá del comedor.
Nemesio, es que su santa es muy virtuosa y religiosa y claro, al ver algo a lo que no está acostumbrada… y si encima se junta con la Evarista que es otra igual y además hicieron juntas el Servicio Social franquista, haciendo canastillas para recién nacidos pues…
Si es que además –dice el abuelo- le puse como música de fondo el “lleténmononplis”` con la titi haciendo Ahhh!, Ahhh, y… ¡qué más cojones quería! No la entiendo, porque pensaba que eso le iba a escitá la sesualidá.
Y ¿Quién le dijo que hiciera eso?
¡Pues quién va a ser, ¡Farruquito!
Ahora me lo explico Nemesio, que el Farru es mu pendejo. Eso lo hace él, porque tiene una mujer joven, pero Dolores necesita de otros estímulos para ponerse “receptiva”.
¡Para ponerse rece qué!, me dijo con una mirada asesina.
Leche Nemesio, para que no se encierre en el dormitorio. A lo mejor ella sí que necesita una beca «Orgasmus», porque Vd. sólo tendrá un pellejillo en la entrepierna.
¡Eres un pedazo de hijo de…. !
No se pase Nemesio, que otro día le contaré, qué hacer para atraer a una hembra, que usted ya ha perdío el libro de instrucciones.
¡Cuándo, si es que me tié amargao nene, cuándo!
Otro dí¬a Nemesio, otro día. ¿Y yo que le hago si la Dolores lo tiene a pan y agua?
Bueno, me dice: como más vale pájaro en mano que vaca en el bolsillo, anda Parri de mis entretelas, envítame a unos vinos en Casa Pacheco pa olvidá mis penas, que eres un buen hijo y yo sabes que estoy a-jubilao.
Y usted me tiene as-fixiao. ¡Será pelotas el abuelo!
Y por la calle, oliendo ya a distancia el “Caldo de Baco” me empezó de nuevo con el rollo de la República, el Líster, el Carrillo, que si Durruti y “El Campesino” La Pasionaria… Que si había que dinamitar el Valle los Caídos…
Pues en estas, llego a los dos días de nuevo a Pacheco, mi bar de cabecera y nada más entrar, me dicen Perfe y Emilio en voz alta: Aquí ha estado Nemesio y se ha dejado pendientes dos vinos para que se los pagues. Vaya juntas que tienes…
Yo me acordé del Sursum Corda. Y Diego Chica el cristalero me dijo: Parri, no te preocupes, que se los he pagado yo.
¡A mí, que soy monárquico y de derechas, como Dios manda! Vaya un abuelo cabrito

En Linares, y noviembre, en el Año de Nuestro Señor de dos mil y trece.