No se me olvidaban las palabras de Cayo Lara en Linares sobre la sólida estafa de la reforma laboral: menos puestos de trabajo peor pagados para mayores beneficios para ciertos insaciable patronos. Iba dándole vueltas a algunas propuestas de reindustrialización de la ciudad y al control ideológico que mantiene dócil a un pueblo ante tanto paro y precariedad laborales.

Apenas unas horas después, me llega la propaganda de una solemne peregrinación y misa con gran alarde de procesiones marianas en un hermoso paseo de la ciudad. Será el día 12 y con motivo de “El Año de la Fe”. Todo ello con la implicación del -ahora si- vigoroso movimiento cofrade, de la jerarquía eclesial y del pío y excelentísimo Ayuntamiento.

De pronto, y tal vez por contraste, me surge la estampa de aquellos apacibles mendigos, glosada por el líder de IU, cuando dudaban sobre alguna ocurrencia fútil de Rajoy. Me pareció dramático que una ciudad, otrora con una clase trabajadora luchadora y con cierta cualificación técnica, apareciera ahora impotente y desengañada por tantos proyectos fallidos, bien por la falta de perspectiva en su origen o por dificultades sobrevenidas. Sin olvidar la casi aceptación general en el primer caso, o la falta tensión por cansancio y pesimismo en el último, no deja de ser penoso que el colectivo ciudadano confíe, más que en la autocrítica y en la lucha obrera y creativa, en soluciones milagreras y seculares de ésta, al parecer eterna, España de pandereta.

En algún momento, se añaden a esa Fe Salvadora, algunas acciones caritativas para tratar de aliviar o disimular tanta desesperación como genera la citada reforma y demás medidas de este capitalismo depredador. De esa manera, tal vez el personal se olvide de que el futuro que se nos prepara es el de Bangladesh, de casi esclavitud y muerte frecuente. De esa competitividad es de la primera que se habla para ver si las prendas que nos venden El Corte Inglés o Zara se fabricaran por aquí. En fin, lo de casi siempre: que la fe y la caridad compensen la falta de justicia y humanidad.

Pero ese fin de semana, aunque fuera de Linares, daba para más. Sí, en la denostada – por secesionista- Catalunya tiene lugar la más masiva (medio millar largo) de las beatificaciones de víctimas de resultas de la Santa Cruzada contra la II ª República. Pese a los enfrentamientos por ambos nacionalismos son de lo más virulento, en el fervor religioso y en el ensalzamiento del vencedor bando franquista no hay problema: de Madrid llegan los ministros más píos y el presidente del congreso de los diputados que coinciden con el “honorable” president Artur Mas como un nuevo Cambó*. En cuanto a la jerarquía clerical, trata de disolver en todo el siglo las parciales muertes ocasionadas sólo durante y después del levantamiento fascista. De Roma, llega primero el discurso del cardenal Amato que podría firmar perfectamente su colega Rouco Varela. Después una locución desde el Vaticano de su jefe de estado Francisco. El señor Bergoglio se atiene también al guión. Hoy no tocaba sentir vergonia, como el día de Lampedusa, por los desaparecidos en ls cunetas españolas, al mismo tiempo que morían los nuevos beatos. Tocaba ofrecer a Cristo sin más compromiso, como en la mediática visita a Brasil, donde se le invitó a implicarse en el plan de erradicación del hambre. Para un hombre que nunca ha sido de derechas, que aconseja afianzar el laicismo y que está preocupado por la pobreza franciscana,…. de momento, nos parece apreciar mucha paja y muy poco grano.

Lamentablemente hemos de insistir en que pese a nuestros desengaños o dejadeces, lo que nos agrede es una estafa. Una estafa urdida por los grandes poderes (económicos, religiosos y mediáticos) para confundir, desmovilizar y hasta echar a pelear a la gente trabajadora, vivan en Linares, Barcelona o Berlín.

Antonio Martínez Lara

* Catalanista que apoyó la sublevación franquista.

Entrada al antiguo Parque Industrial Santana.

Entrada al antiguo Parque Industrial Santana.