En la tarde de ayer vivimos un ejercicio democrático con el debate entre los distintos partidos políticos con presencia local, asociaciones de ciudadanos surgidas en los últimos años y el público asistente, con una opinión común que es el claro descenso de la calidad democrática de la vida social y política de este país.

No estoy documentado pero no recuerdo haber visto sentados en una misma mesa a representantes de los partidos políticos de nuestra ciudad para debatir sobre la situación actual, ni siquiera en los peores momentos de las diversas crisis industriales de la ciudad.

Probablemente sea el primer debate que se realiza a nivel nacional en el que comparten la palabra políticos de distinto signo y asociaciones ciudadanas.
Aproximadamente el debate se repartió en tiempo entre las exposiciones de los componentes de la mesa y las preguntas de los asistentes, cosa esta poco común.

Sin exceso de euforia me parece un logro democrático de la convocatoria del FCSM local, e incluso aunque faltó tiempo, casi todo el mundo se quedó con ganas de continuar y repetir en otra ocasión.

La voz, la palabra, los argumentos, el debate y el consenso son las herramientas democráticas que nos pueden sacar del pozo en que nos encontramos.

Los partidos políticos, en general deben hacer un ejercicio profundo de autocrítica, cuando no una catarsis, aflojar sus rigideces y abrirse a la sociedad civil y a la participación ciudadana, o con el tiempo no serán nada.

Manuel de Torres

En otros países con problemas de calidad democrática, en los que lospartidos políticos no han sabido ( o querido) ser verdaderos representantes de sus ciudadanos, han venido surgiendo personajes y movimientos populistas y/o radicalizaciones de corte neofascista. Aquí surgen movimientos ciudadanos que reivindican democráticamente su derecho a participar en política de una manera activa sin pertenecer a ningún partido político y esto es un valor positivo de nuestra sociedad.

Animo a la gente a involucrarse en cualquiera de estas asociaciones. Ya está bien de quejarse desde el sillón de nuestra casa o en la tertulia del bar mientras otros deciden por nosotros.

Queda un camino largo por delante, pero es ancho, cabemos todos. Participa.

Momento de la mesa redonda

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