Con la asistencia de un centenar de personas, la directora general de la Institución Teresiana, Maite Uribe Bilbao, inauguró el pasado sábado la exposición que, con motivo del primer Centenario de la presencia en la ciudad de la Obra fundada por San Pedro Poveda en 1911.

A lo largo de catorce paneles de gran formato se recogen los momentos más significativos desde 1912, año en que empieza la actividad de la Academia (segunda de las fundaciones povedanas), hasta la actualidad. Se ha estructurado en tres etapas: los comienzos, la etapa posterior a la guerra civil y la contemporánea, a partir del Centenario del fundador en 1974.

El acto comenzó con una aproximación a la muestra a cargo de Gregorio Sánchez Raya, uno de los responsables del Centro Cultural Poveda, quien efectuó un recorrido por la historia de la Institución en la ciudad, deteniéndose en las realizaciones más importantes de este primer siglo de existencia. Así, destacó la importancia de la labor educativa y social que en torno a la Academia de Santa Teresa desarrolló un grupo de maestras linarenses, impulsadas por Antonia López Arista e Isabel del Castillo, en los primeros años de la pasada centuria; labor que continuaría desde comienzos de la década de los cuarenta el colegio “Padre Poveda”, que supuso una innovación pedagógica de primer orden en la ciudad, con la introducción de los llamados métodos activos de aprendizaje. Terminó su alocución con un repaso a la filosofía que animó la creación del Centro Cultural Poveda, heredero del Centro Pedagógico de Cultura Femenina que Pedro Poveda pusiera en marcha en 1913. Detalló además las distintas etapas por las que ha pasado este Centro, “que tanto ha supuesto –dijo– para la educación y la cultura locales”.

Por su parte, Maite Uribe puso de relieve que la exposición quiere ser, sobre todo, un homenaje a la ciudad de Linares y a tantos linarenses, mujeres en su mayoría, que entendieron y supieron apoyar la idea de San Pedro Poveda a lo largo de cien años. Continuó destacando la importancia de Linares en la configuración de la personalidad del fundador, de quien realzó su fe en la potencialidad de la educación como motor de cambio personal y social, en la mujer y en el crucial papel de los laicos en la Iglesia y en la sociedad.

Finalizó compartiendo algunas convicciones profundas de la Institución Teresiana universal, destacando la apuesta por la dignidad de toda persona, especialmente por la de quienes ven vulnerados sus derechos fundamentales. Habló de la potencialidad de los grupos humanos para generar ambientes capaces de influir en la historia y la cultura, con una mención expresa a los jóvenes comprometidos, para terminar refiriéndose a la riqueza y el efecto multiplicador del trabajo en red, de la unión de esfuerzos con otras organizaciones de la sociedad civil y de la Iglesia.

La exposición, que tiene carácter permanente, permanece abierta de lunes a viernes en horario de oficina, en el Centro Cultural Poveda (C/ Pontón, 51). Para grupos se ofrece, previa solicitud, la posibilidad de completar la visita con un recorrido por los lugares más significativos de la ciudad que tienen relación con San Pedro Poveda y con la propia Institución Teresiana.

Corte de cinta

Corte de cinta

Visitando la exposición

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