¿Por qué no se llega a un gran Pacto de Estado en la Enseñanza en lugar de entrar como elefante en cacharrería cada gobierno que gana las elecciones, ensayando peligrosamente con el futuro de nuestros hijos? En mi artículo de la semana pasada, di mi visión de lo que afecta hoy por hoy a la enseñanza en materia de recortes. Hoy también doy mi visión de la otra cara de la moneda como padre y como profesor.
Esta situación económica ha generado en muchos países un recorte drástico en las principales esferas del Estado del Bienestar y una de estas esferas es la Enseñanza, al menos en España. Hay muchos que están haciendo su “agosto” a costa del empobrecimiento de los pueblos, realidad que se puede contrastar.
Pero en este artículo quiero hablar de lo que ha sido la enseñanza de hoy para atrás, centrándome en Andalucía y en SAFA, que es lo que mejor conozco.
Y escribo esto, porque días atrás cayó en mis manos una frase de Martin Luther King que decía: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos” y es que muchas veces callamos demasiado y en la Enseñanza se ha callado mucho por parte nuestra, los docentes. Y sólo de puertas para adentro se ha hablado… quizá por miedo.
Para ello, para hablar de una parte de la Enseñanza en Andalucía, si me lo permiten, quisiera retrotraerme a los años cuarenta, concretamente 1.943 en los que la Compañía de Jesús a través del jesuíta Rafael Villoslada Paula, se fundó SAFA, que es el acróstico de “SAgrada FAmilia”. Dependiendo del Prepósito General de los Jesuítas, se formularon los Principios Educativos, en los que la línea maestra era una opción por las familias más pobres, desde los ideales de Verdad, Justicia y Amor. SAFA es una Fundación Cultural, Privada, Benéfica y Docente, que cuenta actualmente con 30.000 alumnos de familias trabajadoras, manteniéndose de conciertos educativos tanto en el franquismo como ya en la democracia con la Junta de Andalucía. Todo esto iba paralelo al bachillerato y al magisterio estatal público además del privado.
Por tanto puede decirse que SAFA está y ha estado siempre en la Educación, totalmente en vanguardia. Fruto de ello fue el concierto referido ya en democracia, concretamente en los años ochenta en que comenzó a implantar en sus colegios lo que fue la LODE y después la LOGSE, extendiéndose de forma generalizada a nivel estatal y autonómico.
Hecha esta introducción, expongo mi visión como profesor y como padre, pero sobre todo desde lo primero, aclarando que es una visión puramente personal y tiene el valor de eso, de una opinión personal, como lo hice en mi artículo de la semana pasada.
Muchos profesores/as nos enamoramos por entonces de aquella filosofía de SAFA, que impregnó a todo el mundo docente. En ella, se trabajaba mucho el aspecto humano y unos contenidos más acordes con la realidad de nuestro alumnado, tanto desde el punto de vista familiar como social. Entonces se hizo famosa la frase “aprender a aprender” y un sinfín de retos educativos que generaban en parte del profesorado unas expectativas en la Enseñanza absolutamente desconocidas hasta entonces. E inicialmente se dieron grandes logros, importantes logros…
Pero con el tiempo aquel ideal se desvirtuó. Se quitaron las tarimas del profesor (error). Se decía que los profesores también aprendían de los alumnos (error). A los maestros y profesores, el alumnado los trataba de “tu” (error). Algunos padres con artimañas poco democráticas, llegaron a erigirse y hoy también en representantes, llegaron a tener una presencia y poder inusual en los colegios e institutos a través de las APAS, hoy AMPAS (error) con una falta de democracia interna similar a los partidos políticos, sindicatos, asociaciones… Los Planes de Centro, se hacían en función de la realidad social del barrio o entorno socio-económico (acierto). Craso error en los temas señalados, con gran cúmulo de equivocaciones como se ha visto después. Otros profesores no lo tenían tan claro. La velocidad en el aprendizaje no fue igual para todos los alumnos (acierto) como se ha constatado pasadas casi tres décadas. Pero nunca se debió “igualar por abajo al alumnado” en cuanto a contenidos en las distintas materias. Se debió primar el esfuerzo personal, no el “igualitarismo” de manera exclusiva, cosa que no se hizo.
Y los que nos enamoramos de la original y primigenia filosofía de SAFA, que era buenísima, esperanzadora, con grandes expectativas para el alumnado, posteriormente pagamos el tributo de aquellos ideales que se malentendieron por parte de muchos “progres” de la Administración Educativa e hicieron de la Enseñanza un trampolín para escalar políticamente.
Se llegó y hoy hemos llegado a situaciones en las que alumnos y padres tienen más peso en las delegaciones provinciales que el profesorado. Se escuchó y se sigue escuchando más a padres y alumnos que a los verdaderos artífices de la enseñanza que son los profesores/as. Así, con la autoridad mermada frente a los chavales, muchos docentes han pasado y siguen pasando un auténtico infierno para hacerse con el control de una clase. Hoy importa más a la maquinaria Administrativa la cantidad ingente de papeles que el profesorado tiene que confeccionar, que la calidad en la Enseñanza, en la que a base de bajar los contenidos, los resultados son de los peores de Europa. Y no es por falta de motivación del profesorado ni que éste ni quiera ni sepa enseñar. Es que les han secuestrado la autoridad.
A la Administración sólo le importan las estadísticas del número de aprobados y si el nº de los mismos es bajo, se ordena al profesorado seguir bajando los contenidos mínimos o inflar el nº de aprobados, sobre todo en Primaria para que les cuadren las estadísticas.
La SAFA por aquel entonces lanzó el reto para el futuro consiguiendo un gran avance en Educación y por supuesto no es culpable de nada en lo que se convirtió la Reforma Educativa de manos de los distintos Gobiernos. La culpable fue la Administración, que con un empacho de “progresismo” convirtió una genial idea en lo que ahora estamos sufriendo: más ignorancia en la instrucción, la ley del mínimo esfuerzo en los chavales y una carencia considerable de valores humanos en éstos, porque además muchas familias no saben “educar” y quieren que lo hagamos exclusivamente los docentes.
Muchos nos involucramos en lo que creímos que era un nuevo amanecer de la enseñanza con una ilusión inusitada, llegando a trabajar durante horas y horas de noche y de madrugada en nuestras casas, a veces sin dormir, preparando materiales, contenidos, controles (se lo pueden creer o no, a mí me da igual)… Hicimos primar el aprendizaje razonado, frente al sistema memorístico que existía.
Los directores ya no eran elegidos en Claustro de Profesores, sino en Consejos Escolares con una importante representación de padres que en su mayoría no sabían ni saben de esta profesión.
Así que la escuela se politizó.
Yo defiendo la participación de los padres en la vida de los Centros Educativos, es más, creo que es obligada, pero que dejen a los profesionales hacer su trabajo. Los familiares de una persona enferma, no entran a un quirófano a decirle a los cirujanos por donde tienen y cómo han de intervenir al mismo.
Hoy desengañado de toda la lucha que hemos realizado miles y miles de profesores/as en Andalucía, pienso que hicimos el pardillo. Lo que en teoría era maravilloso, que salió de SAFA, en la práctica paulatinamente constituyó un fracaso importante, porque en toda España, con gobiernos de cualquier color, todos y digo todos, han tratado de obtener rédito electoral de los supuestos logros en la Educación que ni fueron ni son tales.
El profesorado, repito, ha perdido la autoridad porque se la han quitado y al quitársela se han cargando el sistema educativo.
Desde luego no quito ni una coma de mi artículo anterior titulado “El naufragio de la Pública” respecto a los recortes en Educación. A las cosas por su nombre, y no creo que éste y mi anterior artículo entren en contradicción, ni destilen en modo alguno ningún tipo de ideología, sino la constatación de penosas realidades vividas en carnes propias, porque este humilde escribidor ya no cree en las ideologías, sino en los ideales y en el corazón de las personas, ya que cualquier ideología sea del signo que sea, acaba por convertirse por desgracia en autoritarismo.
Y como la docencia se politizó ,muchos docentes tuvieron que pedir traslado de un Centro Educativo a otro, porque sus pensamientos y opiniones, dichas en claustro de profesores, públicamente, eran contrarias a la ideología de la Dirección del Centro y al “sistema establecido”, con la consabida persecución. Se han dado muchas corruptelas en bastantes equipos de dirección porque los directivos aspiraban a un cargo más alto. ¡Qué asco!
Si los gobiernos socialistas decían creer en la Enseñanza Pública y la defendían… ¿por qué los mandamases socialistas “progres» donde los hubiere, enviaban y siguen enviando a sus hijos a la privada? Justicia sí, pero no por mi casa, que en ella mando yo. ¡Qué falsedad!
Pero en modo alguno se puede culpar al profesorado que creyó en ese “amanecer” de la Enseñanza. Desde luego hay malos docentes, como en cualquier colectivo de trabajadores (mecánicos, médicos, albañiles, jueces). No se puede denostar a un colectivo por una mala experiencia personal con alguien concreto. Digo y puedo decir que la mayoría del profesorado trabaja más de lo que aparentemente parece, porque parte importante del trabajo lo hacen en casa y quien es vocacional lo hace a gusto y hay muchos docentes vocacionales, muchos; más de lo que parece.
Por otro lado hay que incentivar a los alumnos brillantes, superdotados. Deben existir clases independientes para este tipo de chavales, para que puedan avanzar con su alta velocidad para asimilar conceptos, así como las hay para los infradotados.
Es una pena que un o una joven brillante en sus calificaciones, por tener a sus padres (padre y madre) trabajando (clase trabajadora o media) se les deniegue una beca por pasar del umbral de ingresos. ¿Es así como vamos a obtener en España investigadores y grandes cerebros? Porque nunca ningún gobierno contempló esto. Nunca.
Las enseñanzas especiales hace diez o doce años sufrieron de manos de la Administración una agresión inusitada, relegando a muchos chavales a no poder estudiarlas paralelamente a un bachillerato si no se vive en una importante capital, al tener que hacerlas oficiales y no poder presentarse por libre a los exámenes, amén de prolongar las carreras seis años más.
La danza, música y artes escénicas en general, han sufrido esta agresión. Y también son culpables todos los gobiernos que hemos tenido. Todos.
¿Por qué los sucesivos gobiernos uno tras otro, ensayan o juegan con la Educación como les da la gana cada vez que llegan al poder? En este campo hace falta un gran Pacto o Acuerdo de Estado, pues es mucho lo que nos jugamos con el futuro de nuestros hijos.

Niños en un colegio de un país nórdico – Foto: Brad Flickinger (Licencia CC)