No, respirar no.
Sin ti, no quiero el aire.

¿Qué secreto guardan tus ojos?
¿Quién es el hada en tus sueños?
¿Quién es el objeto de tus deseos?

¡Ay de mí!… Y te amo.
Con mi cabeza inclinada,
con mis brazos en tu cuello,
con mis dientes marcando,
camafeos en tu cuerpo.

En un tiovivo encantado,
con luces todos colores,
con olor a dulce algodón,
con un gigante de mil y una noches,
con un cielo estrellado… .

Y cuando cae el estío…
Seguir amándote;
poder mírate, poder volcarme,
en el balcón de tus ojos,
bajo una lluvia de estrellas.