Se presentaban los linarenses con la ilusión de lograr una primera victoria en el primer partido de la temporada en el que el cuadro minero no se presentaba con lesionados. Si es cierto que la mayoría del equipo no tiene la forma física adecuada debido al proceso de recuperación de éstas fatídicas lesiones, pero no obstante, los pocos jugadores que han conseguido evitar las lesiones parecen haberse contagiado de esa baja forma que sus compañeros arrastran.

A pesar de esto, el equipo linarense salió fuerte a la cancha con un parcial de 5-12 que les beneficiaba. Tras esto, el equipo lucentino reaccionaba y a partir de ahí, poco que contar. El arbitraje tampoco ayudaba. Parece como si el colegiado principal quisiese que se rompiera el partido para no tener un partido intenso que pudiera darle trabajo. Éste hecho provocaba la descalificación de Javier Ariza a falta de varios minutos para el final por hacer el simple comentario de «vaya parejita», prueba más que evidente de que los colegiados no estaban demasiado centrados, porque es escandaloso que descalifiquen a un entrenador por eso. Puede sancionarse con una técnica, pero nunca con descalificación.
Trataba el C.B. Linares de reaccionar en ocasiones, pero entonces aparecía Igor da Silva que daba una lección de Baloncesto, poderío, carácter y garra a todos los presentes con sus 30 puntos y aguaba las esperanzas azulillas. Por su parte Julio Siles y Javier Arenas trataban de animar si éxito a su equipo que sufría ésta nueva derrota por 93-68.
Imprescindible el partido de éste próximo domingo a las 12 en el Julián Jiménez frente al Alhaurín en el que el Club pretende contar con su afición para salir del bache. Posteriormente, la competición sufrirá un parón que Javier Ariza aprovechará como mini-pretemporada para recuperar al equipo en el estado físico y anímico.