Llegó el momento de la verdad, el primer desenlace de esta XLVII edición del Concurso Nacional de Tarantas Ciudad de Linares: El fallo inapelable del Jurado.

He de manifestar, como siempre desde el prisma que yo lo veo, que me deja medianamente insatisfecho. Para mi gusto, claro está, pues en el camino se han quedado buenos cantaores, creo que los mejores a mi entender y por lo que he presenciado.

Me sorprende ver en ambas finales a cantaores como “El Jaro” “Pepe León” o “Chamizo”, que desde luego, les queda, según he presenciado, mucho para llegar a la altura que debe de tener un Cantaor que quisiera estar en el concurso Nacional de Tarantas Ciudad de Linares. Y sin embargo están. Y mucho más me sorprende que se quedaran fuera cantaores de la talla de José Lara, Julio Fajardo y sobre todo que no esté Belén Vega en ninguna de las dos finales.

Esto que manifiesto, y lo dejo bien claro, es como siempre, mi opinión, sin que esto signifique que pudiera ser una crítica al Jurado, pues de personas se compone y no todos, afortunadamente, vemos las cosas desde el mismo prisma, y cada cual entiende el arte desde varias perspectivas, y lo sancionado por el Jurado, que a nadie le quepa la menor duda, ha sido lo que mejor han juzgado. Yo, o cualquier otro, podremos estar o no de acuerdo, pero siempre hemos de aceptar su fallo, y siempre hemos de confiar en su honestidad y buen criterio, aunque no compartamos sus determinaciones y gustos. Esto podría ser, si no respetáramos sus decisiones, el final de un magnifico Concurso.

Demos tiempo al tiempo, y esperemos las finales, pues no estaría lejos, ni sería la primera vez que algún cantaor de los clasificados, se le olvidara alguna letra, o se la saltara como ya presencié de uno de los clasificados en la final de un concurso en esta misma provincia de Jaén, sería esto bochornoso, he impropio de una final como el Nacional de Tarantas.

Aunque insatisfechos parcialmente, he de manifestar mi reconocimiento al Jurado por su difícil trabajo, pues yo que he estado de jurado en otros concursos, sé de lo ingrato que resulta no satisfacer a todos. Pero estos son los concursos, y así hay que aceptarlos.

¡Viva Linares y su Taranta!