Estoy des-concertado . Así siguen rezando- en varias acepciones- rimbombantes lazos naranjas en iglesias, colegios, algunos domicilios y comercios de localidades andaluzas. Por lo que informaron los medios (Jaén 09-04-13) surgieron allá por Abril, con minutos de silencio, por la “muerte” de aulas en colegios concertados. Al ver que la protesta surgía de la patronal Escuelas Católicas de Andalucía, uno, que es algo escéptico y poco clerical, ha seguido el asunto con interés.

Cuando en la tele y en varias ciudades aparecía la marea verde al grito hermoso de Escuela Pública (y Laica) de tod@s y para tod@s, con motivo de un mínimo recorte en la escuela privada pagada por el erario público, surge esta “fúnebre” movida. Se implica al alumnado en una torticera interpretación de la libertad de educación. Mientras se hacen drásticos recortes en los servicios públicos en general (educación, sanidad, dependencia,…), la derecha religiosa revuelve las aguas confundiendo con sus lazos naranjas. Se trata de pagar al PP los privilegios económicos (unos once mil millones anuales) o ideológicos (aborto, matrimonios homosexuales,..) recibidos por la I.C.

Eres un malpensado, me llegó a decir algún prójimo cuando comenté la doble fechoría de atacar los ideales de la marea verde ( escuela)y usurpar al mismo tiempo la marea naranja (dependencia) .Es que hay tantas mareas que los colores se han de repetir, me dijo algún ingenuo y más de una taimada. Con una sonrisa impotente había que transigir ante esa versión de la defensa dispersa y débil de lo público, de lo de tod@s. Por contra había que, como mucho, ironizar sobre esa supuesta libertad constitucional reducida apenas a una elección, con frecuencia superficial, de la educación de la prole. Eso sin entrar en el mercadeo que van entremezclando con la sanidad u otros servicios para la vida de toda la familia. Después, no es extraño que alguien se sorprenda de esos idearios segregadores e incluso sectarios o tramposos que rigen en algunos colegios a los que envía a sus vástagos.

Sí, no nos referimos sólo a la separación por sexo, por inteligencia o clase social. Puede ser , como ya en Noviembre les dijera el director del “Virgen de la Soledad” de Arganda del Rey (Madrid) a las familias de su alumnado: “No os preocupéis, que vuestros hijos no se mezclarán con los de la escuela pública. Tenemos que aceptarlos en nuestras instalaciones, pero a cambio os rebajaremos diez de los sesenta euros mensuales que (¿indebidamente? ) pagáis”. Esa distinción de rico nuevo ha de pagarse con un estipendio disuasorio de la chusma. Importa poco que, por ser concertado, el centro debiera haber renunciado a ser “de pago”. Este hecho, con otra cuantía y con menor desfachatez, se da en muchos más colegios sostenidos con fondos públicos que lucen los dichosos lazos. Eso por no hablar de la democrática participación en procesiones como la de las reliquias de Don Bosco.

El pasado 23 de Octubre, con motivo de las movilizaciones contra la LOMCE, hubo un debate en Linares sobre escuela pública y escuela concertada. Se dieron algunas coincidencias con relación a los recortes en educación en general y el trato al profesorado, habida cuenta del carácter sindical de los ponentes, y su conveniente convergencia. Surgieron también diferencias insalvables sobre la educación entendida como una construcción social entre desiguales. Ello chocaba con idearios y dogmatismos inadmisibles para la formación de la ciudadanía. A la par, flotaba en el ambiente las evocaciones del deterioro inhumano en que han quedado los más desvalidos de nuestra sociedad (ancianos o enfermos con gran dependencia) según personas de la mareas naranja . Varios asistentes inquirimos sobre la ocurrencia de los mencionados lazos de tal color. El sindicalista de la concertada hacía oídos sordos a la pregunta. Por fin, acabado el debate general, a algunos insistentes tuvo que confesar que el mencionado símbolo fue propuesto por la patronal católica. Alguien levantó la voz para que parte de la concurrencia pudiera oir: ¡Que tristes tiempos en que se ensalza esa libertad por ciertos grupos, cuando a gente humilde sólo le va quedando la libertad de morir!.

Antonio Martínez Lara