La Guardia Civil en la segunda fase de la operación KRAKE, ha detenido a 21 personas, pertenecientes a un grupo dedicado a las estafas en el mundo de la telefonía móvil.

La primera fase de la citada operación se llevó a cabo el pasado mes de junio del presente año, en la que se detuvieron 17 personas y se intervinieron un importante número de teléfonos móviles, documentación y dinero en metálico.

Las investigaciones se iniciaron en el mes de agosto de 2015, fecha en la que los investigadores de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Baeza (Jaén) se pusieron tras la pista de lo que parecía ser una estafa de grandes dimensiones. Así, tras las denuncias de varias operadoras y varios ciudadanos, se pudo comprobar que el engaño afectaba a miles de personas. El grupo estaba dirigido por una persona residente en la localidad de Rus (Jaén) dónde había abierto un establecimiento comercial de venta de telefonía.

En ésta segunda fase, las detenciones se han producido en las localidades jiennenses de Rus (2) Bailén (1) Albánchez de Mágina (1) Linares (1) Úbeda (1) Jaén (1) Jódar (1) y Baeza (6); así como en las provincias de Cáceres (1) Álava (3) Sevilla (1) y Girona (2).

Los detenidos en esta fase de la Operación son comerciales, proveedores y transportistas, los cuales eran necesarios para la
realización de la ilícita actividad.

Hay que recordar que el modus operandi de la organización era variado. De esta manera, los clientes acudían tanto al jefe del grupo como a los diversos comerciales que trabajaban para él en diversas localidades, animados por el boca a boca y atraídos por un descuento en las tarifas y la posibilidad de obtener teléfonos a buen precio. Para ello, facilitaban sus datos personales, facturas y números de cuenta. “El grupo” con los datos citados, se encargaba de generar amagos de portabilidad por medio de otros componentes de la trama que trabajaban en distribuidoras de telefonía, obteniendo ventajas económicas y de terminales de los que no hacían partícipes a los clientes en su totalidad.

Los detenidos, se hacían pasar por clientes, gestionando esos amagos de portabilidad y se quedaban con los teléfonos obtenidos, que en muchos casos estaban siendo pagados por los clientes, los cuales lo ignoraban al no recibir la factura física y corresponder el importe a pagar cada mes con el que se le había indicado por la trama.

En otras ocasiones, los delincuentes, transcurrido un tiempo prudencial desde la anterior gestión de un cliente, generaban nuevos amagos sin que éste tuviese conocimiento de que se estaban obteniendo terminales a su nombre.

Hay que significar que los terminales telefónicos obtenidos a través de una empresa de telefonía, están subvencionados por la misma. Estos terminales están adjudicados a los clientes (víctimas) que en la mayoría de los casos ignoran éste extremo. Los problemas empezaban a aparecer si tenían que hacer uso de la garantía o acudían al distribuidor oficial con la finalidad de efectuar gestiones con respecto a la línea implicada.

Los teléfonos obtenidos de manera ilícita eran vendidos en el establecimiento comercial que regentaban, por medio de dos páginas webs y anuncios en internet.